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Mostrando entradas de mayo, 2009

Un sueño que echó a volar

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¡En Costa Rica hay que gente sueña... y trabaja para lograrlo! Con toda la sencillez del mundo, aquel anciano dijo con firmeza: “Nosotros volamos machete, pero ustedes van a tocar violín”. El público estalló en gritos y aplausos. El viernes 15 de mayo fue testigo de la inauguración de la nueva escuela de música del Sistema Nacional de Educación Musical (Sinem), en Aguas Zarcas de San Carlos. He de confesarlo. Fue tan emocionante que lloré en varias ocasiones: cuando más de 400 niños y jóvenes levantaron sus instrumentos para decir “aquí estamos”, y cuando el presidente de la Asociación de Desarrollo local le dijo a los estudiantes: “ustedes no van a ser niños y jóvenes de la droga, sino de la música”. Los representantes de la comunidad dijeron en el micrófono que contar con una escuela de música era un viejo sueño, y que muchos padres finalmente lo podrían vivir en la experiencia de sus hijos. Algunos estudiantes son de Aguas Zarcas; pero otros vienen de Pital, de Venecia y de Sarapiqu

En tiempos de lluvia y en tiempos de sol

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Parece que la estación lluviosa ya llegó. Siento que no tuve mucha oportunidad de ponerme enaguas y sandalias. Sin embargo, por otra parte, amo la lluvia, que me transmite mucha paz. Me parece que la ciencia está en aprovechar cada estación: sacar el hielo en el verano, o bien tomarse un chocolate caliente en las tardes de frío. Se parece un poco a la vida ¿no les parece? En esos temas climáticos a veces me siento un bicho raro. Cuando amanece de temporal, llego al trabajo y escucho las frases usuales: “¡qué pereza estar aquí!”, “¡qué rico frío, pero para estar en la casa!” Yo, la verdad sea dicha, llego feliz a trabajar cuando está lloviendo. Debe ser algo particular de mi organismo. A mí me encanta la lluvia, el frío, la llovizna y la niebla. Incluso amo los cielos grises. Sé que hay gente que se siente totalmente deprimida con días así. Recuerdo que mi papá decía “Yo no podría vivir en Cartago, con esa llovizna y ese frío permanente”. De hecho yo pasé mi infancia pensando que Cartag