Mi diciembre se escribe con g
Cuando llega el final del año las reacciones son diversas. Hay quienes invaden la casa con adornos navideños, mientras otros carecen de tolerancia para villancicos. Algunos guardan la plata extra con prudencia y otros caminan frenéticamente de tienda en tienda. No importa en cuál categoría estemos, usualmente hay un elemento que se reitera: al final del año hacemos un balance. ¿Cómo ha sido su año 2010? Cuando yo lo repaso hay una palabra que salta de inmediato, y esta es gratitud. Estoy agradecida porque: - Obtuve un nuevo empleo, un porrazo de aire fresco que anhelaba desde hace varios años. - Me reencontré con la escritura en un abrazo de palabras que cada día se hace más intenso. - Mis hijos disfrutan de sus logros. Jonatán aprendió a estudiar sin el acoso de su mamá (y la mamá aprendió a no acosarlo) y Lucía ya es capaz de tener un payaso al frente sin gritar histéricamente. -Después de 16 años sigo casada con un hombre que ha aprendido a aceptar a la persona que yo soy. Es un gra...