La parte que me toca
“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie quiere cambiarse a sí mismo”. Lo dijo el escritor León Tolstoi y me parece muy pertinente ahora que acaba de empezar un nuevo gobierno en Costa Rica. Se percibe en la gente esperanza, entusiasmo. Hay mucha expectativa sobre el nuevo presidente. Sin embargo, les invito a mover la cámara puertas adentro.
Análisis futuros de politólogos y sociólogos nos dirán la letra menuda de por qué, exactamente, don Luis Guillermo Solís, convenció a tantos costarricenses de que él era la mejor opción para gobernar el país. Y digo esto porque me parece que mucha de la gente que lo hizo presidente votó por él, específicamente, más que por el Partido Acción Ciudadana (PAC). Evidentemente hay una gran responsabilidad en sus hombros y en su equipo, y en la nueva Asamblea Legislativa. Sin embargo, no es este el tema sobre el cual quisiera llamar la atención. Les invito a que recordemos, más bien, que la Patria la construimos entre todos. No cabe duda de que a las autoridades les corresponde su parte; pero el grueso de la orquesta la integramos los ciudadanos.
De la misma forma en que cada persona está llamada a asumir la responsabilidad por su vida, los ciudadanos estamos llamados a asumir la responsabilidad cívica de construir un país mejor. Quisiera decirlo con todas las palabras: con frecuencia los ticos somos muy “arrecostados” al gobierno; queremos que resuelva todo, incluso lo que las comunidades podríamos arreglar por nosotras mismas. Tengo el recuerdo de que, durante mis años de adolescencia en Guadalupe de Rivas de Pérez Zeledón, los vecinos se organizaran para construir un acueducto comunal. ¿Mi experiencia urbana? Muy mal, gracias. En mi vecindario ni siquiera fuimos capaces de ponernos de acuerdo para pagar un guarda entre todos.
Con gran pesar constato que en Costa Rica somos muy individualistas, una forma elegante para referirnos al egoísmo. Así lo reseña esta nota de Informatico, sobre el Informe de Desarrollo Humano 2013 -que retomó e interpretó, a su vez, una encuesta organizada por el Latin American Public Opinion Project (LAPOP)-. La siguiente cita sobre el tema debería darnos vergüenza:
“Según los datos del estudio, sólo un 22,9% de los costarricenses participan en los eventos de las asociaciones de padres de familia, un 14,4% forma parte de grupos deportivos, un 13,9% está involucrado en asociaciones comunales, un 5,7% interviene en actividades de su gremio profesional y apenas un 2,3% participa activamente en un partido político”.
¿Les ha tocado organizar una fiesta en la que casi nadie quiere colaborar y que, justamente, los que no ayudaron se quejan luego porque la comida no les gustó o porque la música estaba fea? Pues hoy Costa Rica inicia una fiesta que durará cuatro años.
¿Qué puedo hacer yo para que este sea un mejor país?
Análisis futuros de politólogos y sociólogos nos dirán la letra menuda de por qué, exactamente, don Luis Guillermo Solís, convenció a tantos costarricenses de que él era la mejor opción para gobernar el país. Y digo esto porque me parece que mucha de la gente que lo hizo presidente votó por él, específicamente, más que por el Partido Acción Ciudadana (PAC). Evidentemente hay una gran responsabilidad en sus hombros y en su equipo, y en la nueva Asamblea Legislativa. Sin embargo, no es este el tema sobre el cual quisiera llamar la atención. Les invito a que recordemos, más bien, que la Patria la construimos entre todos. No cabe duda de que a las autoridades les corresponde su parte; pero el grueso de la orquesta la integramos los ciudadanos.
De la misma forma en que cada persona está llamada a asumir la responsabilidad por su vida, los ciudadanos estamos llamados a asumir la responsabilidad cívica de construir un país mejor. Quisiera decirlo con todas las palabras: con frecuencia los ticos somos muy “arrecostados” al gobierno; queremos que resuelva todo, incluso lo que las comunidades podríamos arreglar por nosotras mismas. Tengo el recuerdo de que, durante mis años de adolescencia en Guadalupe de Rivas de Pérez Zeledón, los vecinos se organizaran para construir un acueducto comunal. ¿Mi experiencia urbana? Muy mal, gracias. En mi vecindario ni siquiera fuimos capaces de ponernos de acuerdo para pagar un guarda entre todos.
Con gran pesar constato que en Costa Rica somos muy individualistas, una forma elegante para referirnos al egoísmo. Así lo reseña esta nota de Informatico, sobre el Informe de Desarrollo Humano 2013 -que retomó e interpretó, a su vez, una encuesta organizada por el Latin American Public Opinion Project (LAPOP)-. La siguiente cita sobre el tema debería darnos vergüenza:
“Según los datos del estudio, sólo un 22,9% de los costarricenses participan en los eventos de las asociaciones de padres de familia, un 14,4% forma parte de grupos deportivos, un 13,9% está involucrado en asociaciones comunales, un 5,7% interviene en actividades de su gremio profesional y apenas un 2,3% participa activamente en un partido político”.
¿Les ha tocado organizar una fiesta en la que casi nadie quiere colaborar y que, justamente, los que no ayudaron se quejan luego porque la comida no les gustó o porque la música estaba fea? Pues hoy Costa Rica inicia una fiesta que durará cuatro años.
¿Qué puedo hacer yo para que este sea un mejor país?
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