Jona
Esta semana fue distinta. Llovió como se espera en septiembre, hubo desfiles patrios como cada día 15 y afrontamos las carreras habituales de una familia de cuatro. Pero la rutina fue sacudida por un hecho extraordinario: Jonatán, nuestro hijo mayor, cumplió 15 años. Ya sé que la fecha es famosa alrededor de las chiquillas, pero a estas alturas del siglo XXI ya hay permiso para que también sea fecha especial cuando se trata de un hombre, creo yo. Mi familia es un matriarcado. Hay hombres; pero las mujeres son más, y su peso es muy fuerte. Así que, ¡vaya desafío educar a un hombre! Es fácil quejarme del machismo alrededor; pero el lamento ya no sale tan fácil cuando mi trabajo de mamá incluye la responsabilidad de educar a un muchacho. Llegará un momento en que no me necesitará, al menos no de la misma forma en que me necesita ahora. Y cuando esa ocasion llegue, querido Jona, le pido al Señor que Víctor y yo podamos echar a volar a un hombre integral, que se permita llora...