Vacaciones libreras
Observé a la gente en el bus, casi todos con sus audífonos. Una señora conversaba animadamente con el chofer y una muchacha abrazaba a su bebé recién nacido que viajaba plácido en el cargador. ¿Cuántas de estas personas irán a visitar la Feria del Libro? ¿Serán gente que lee? ¿Sabrán que San José va a ser sede de esta fiesta literaria? No lo pude evitar, recordé que con frecuencia estoy en el bando de los raros, o al menos en el grupo del 43,2% de los costarricenses que se autodenominan lectores, según datos de la Encuesta Nacional de Cultura de 2016. Cuando el bus pasó frente a la Antigua Aduana observé los carteles que indicaban que ya había empezado la Feria Internacional del Libro (FILCR) y el Festival Centroamérica Cuenta (CAC) . Susurré mentalmente: "en la tarde nos vemos". La semana pasada me di permiso de pasar cinco días entregada a esa pasión llamada literatura, que cada día es más fuerte en mí. Como pasa con el vino, dicen, y como sucede en los bue...