Mujeres que escriben sobre mujeres. Así conocí a Anne Tyler
Ha de ser una frase cliché, esa de que hay libros a los cuales uno no busca, ellos se atraviesan en el camino. Perdonen el lugar común; pero eso justamente me pasó con “El baile del reloj”. Lo tuve entre mis manos muchas veces en la librería, y me resistí porque el estante de pendientes está que se rebalsa. Pero seguí mi intuición y me gustó tanto que decidí comentarlo por aquí. Y ahora sé, además, que existe una autora muy grande llamada Anne Tyler de la que espero leer mucho más.
Como les decía, lo tuve entre mis manos muchas veces antes de comprarlo (yo de soy de esas personas que si pasan frente a una librería, invariablemente entro solo a “dar una vueltita”, a ver qué hay). Me jaló la foto de la portada, esas niñas jugando que me hicieron pensar en mi hermana Adriana y yo cuando éramos chiquillas (conmigo, como consumidora, las portadas venden; no lo puedo negar). También decía que la autora había ganado el Pulitzer, punto importante cuando hay que ser selectivo a la hora de invertir el tiempo.
Sin embargo, lo que me terminó de decidir fue leer en la contraportada que era la historia de una mujer, Willa Drake, quien en un momento de su vida, siendo ya adulta, se enfrenta a la oportunidad de elegir su propio camino. ¡Ahí caí rendida! Un libro que refleja una parte de la historia de mi vida siempre tendrá una flecha de luz de neón llamándome. A veces pienso que las mujeres del mundo nos parecemos tanto las unas a las otras...
No les quiero hacer "spoiler" a quienes se vayan a aventurar. Solo les adelanto que es la historia de una mujer que se pasó muchos años en función de otros, cuidando, y un día (irónicamente también por medio de una experiencia de cuido) se la encendió la luz. Bendito Dios, que nunca es tarde.
Como escritora, admiré de Anne Tyler su manera de mostrarme a los personajes, sobre todo por medio de diálogos y situaciones. Yo les puse mil adjetivos, pero fui yo; la autora solo corrió la cortina para que yo observara. La prosa de Tyler me permitió conocer a su familia nuclear, sus parejas, la relación con sus hijos. Pude asomarme a su vida ya que la obra la acompaña desde la infancia, del día en que su madre desaparece, hasta su adultez avanzada. Encontré personajes profundamente humanos. Quedé con la impresión de que la escritora no los juzga, solo los muestra (probablemente a todos nos gustaría ser tratados así, si fuéramos personajes de una novela).
Foto tomada de la página de Facebook de la autora |
Les comparto este párrafo que dejé anotado en el cuaderno en el que escribo sobre mis lecturas:
“Se preguntaba (se refiere a Willa, la protagonista) si sus hijos seguirían en contacto con ella después de emanciparse. ¿Recordarían su infancia con afecto o habrían estado acumulando rencores? Ella se había esforzado al máximo en ser una buena madre, lo que para ella significaba ser una madre predecible. Se había propuesto que a sus hijos nunca tuviera que preocuparles sus estados de ánimo; que jamás tuvieran que mirar por la mañana a hurtadillas en el dormitorio de su madre para saber qué tal les iba a ir durante el día. No conocía a ninguna otra mujer cuyo principal objetivo fuera que siempre se supiese de antemano lo que cabía esperar de ella”.
Además, me es indispensable mencionar que me atrapan las historias que suceden en la vida cotidiana. ¡Cuánto drama y cuánta vida hay puertas adentro, alrededor de la mesa de la cocina! Ana María Iglesia lo dice así en esta nota: “Como siempre en las novelas de Tyler, son los detalles los que hablan, es en la aparentemente insignificante vida cotidiana donde se producen las grandes revoluciones, aquellas que llevan a una mujer de 61 a adueñarse por vez primera de sus deseos y, sobre todo, de su vida”.
Anne Tyler nació en Minneapolis, dice la solapa de “El baile del reloj”, en 1941, y desde hace muchos años vive en Baltimore, donde se ambientan muchas de sus obras. Si quieren leer un poquito más sobre ella, Diana P. Morales la menciona en su blog. Yo recién la conocí y he quedado totalmente motivada a buscar más obras suyas. En caso de que quieran leer a alguien que sí conoce mucho más de sus textos, aquí les dejo esta otra nota del periodista y escritor Rodrigo Fresán.
Ya estoy lista para visitar el estante de los pendientes y entrar a otro mundo desconocido (¡qué cosa tan maravillosa es leer! ¿No les parece?). En algún tiempo les contaré cómo me fue. Por el momento, invitadísimos a conocer la pluma de Anne Tyler.
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