Septiembre de ofertas


Zapatos, ropa, edredones, muebles y adornos. Todo parece estar en oferta este mes. ¿Quién no siente la tentación de salir corriendo con plata –o tarjeta- en mano para aprovechar el último grito en materia de descuentos?

No lo voy a negar, me gusta ir de compras. Me vuelven loca las librerías y se me salen las babas ante los adornos rústicos. Sin embargo, cuando me enfrento a tanta publicidad en los periódicos no dejo de preguntarme: “¿De verdad necesito tanto accesorio para ser feliz? ¿Dónde reside lo esencial de la vida?” Después de un ataque existencial de ese tipo termino diciéndome a mí misma: “No, la felicidad está en otra parte”.

Hoy justamente estuve conversando con una de mis compañeras de trabajo al respecto y hablamos sobre la forma en que las personas complicamos la vida. A veces pareciera que la lista de requisitos para alcanzar la realización es enorme.

¡Qué estupidez! Lo esencial está en lo sencillo: la sonrisa de la gente que amo, una canción que me gusta mientras voy manejando, el sonido de la lluvia, trabajar en lo que me apasiona, un libro que me atrapa, una taza de caldo fresco de frijol con arroz…

Hoy hace once años estaba a pocas horas de parir a un hijo maravilloso al que le fascina armar legos; y hace siete años faltaban pocos días para que llegara a nuestras vidas una hija estupenda que baila de forma única. Definitivamente septiembre es un mes muy especial en mi agenda, y no precisamente por las ofertas.

Suenan muchas voces en el ambiente. Por ahí están los canales de cable que muestran casas gringas con decoración de ensueño. Más allá aparece el catálogo del momento y no faltan los conocidos insinuando que algo está mal en tu vida porque no tenés carro, o vacaciones caras, o este o aquel chunche. Entre el concierto de voces, me gusta la del Señor Jesús que hace tantos años afirmó: “La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Luc. 12:15)

¡Qué disfruten septiembre, con todo y el sonido del aguacero! Después de todo… es gratis.

Comentarios

Rolando ha dicho que…
Las personas, no somos lo que tenemos, valemos lo que somos. Si bien es cierto que todos tenemos deseos que satisfacen nuestros gustos, lo principal es recordar que la felicidad esta en ser no en tener.
Maureen Herrrera Brenes ha dicho que…
Así es, Rolan. No es fácil ante la presión que nos lleva a consumir y consumir. Pero vale la pena nadar contra corriente. Un abrazo.

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