De archivos y Quijotes
Desde que cambié de trabajo, hace poco más de un año, entré a un mundo nuevo, el de los archivos. Y cada mundo tiene su propia geografía, sus personajes. Hoy quiero contarles de la gente buena nota del mundo archivístico, de los que creen en lo que hacen y de los que están dispuestos a recorrer la milla extra, por amor a su trabajo y a los usuarios. Pero vamos por partes…
¿A qué ninguno de ustedes sabía que existe el Día Internacional de los Archivos? Ah… tenía razón, ¿verdad? No se preocupen, la mayoría de gente no lo sabe, pero trabajamos para que esto cambie. Se trata de una nueva celebración que nació en 2007 y se conmemora el 9 de junio. Esta fecha se escogió porque recuerda la creación del Consejo Internacional de los Archivos, por parte de la Unesco, en 1948. Fue así como en el Archivo Nacional se nos encomendó a un grupo de gente organizar una celebración al respecto, por primera vez en nuestro país.
Entonces empezamos a maquinar: ¿qué podemos hacer que sea diferente, significativo? Y así, persiguiendo a la innovación que a veces es resbaladiza, decidimos probar un experimento. Nos unimos al curso de Difusión que imparte el profesor Fernando Jaén en la carrera de Archivística y decidimos organizar una pequeña feria, para que estudiantes universitarios compartieran con los encargados de diferentes archivos. Sumado a esto proyectaríamos una película con imágenes históricas, exhibiríamos una exposición documental titulada Tesoros y curiosidades del Archivo Nacional y pegaríamos un enorme graffiti de papel para que los participantes dejaran sus comentarios.
Era una propuesta diferente a otras que se habían planteado antes para actividades similares. No faltó quien dijera “es que nunca hemos hecho algo así”, y yo me alegré mucho al escucharlo. ¡De eso se trata: de emprender caminos nuevos, de arriesgar!
El entusiasmo genera entusiasmo y así el grupo de soñadores del Archivo Nacional logró inspirar a los representantes de tres archivos más. El 8 de junio fue el gran día, en el aula 220 de la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR, de
Todo el mundo trabajó un montón; decenas de brazos movieron cajas en una tarde más que bochornosa. Fue un trabajo totalmente fuera de horario, que se logró efectuar haciendo espacio entre las múltiples responsabilidades de todos los involucrados. Sin embargo, cuando vimos el aula abarrotada de estudiantes y las múltiples conversaciones que se armaron, supimos que todo había valido la pena.
Quise ilustrar esta nota con la foto del grupo de funcionarios del Archivo Nacional que participó en la actividad, y todavía faltan dos que hicieron los rótulos que adornaron el aula. Entre todos planeamos, hicimos productos de comunicación, mandamos cartas –muchas cartas-, cargamos el carro, jalamos cajas, preparamos café y galletas, atendimos a los estudiantes. Fue intenso, como todas las cosas buenas de la vida. Todos, anfitriones e invitados, quedamos más que felices.
Hay quienes creen que en el sector público solo hay mediocridad y desgano. Pero esa noche el aula 220 nos recordó que hay gente que cree profundamente en lo que hace, que sueña y que arriesga en pos de lo mejor. ¡Feliz Día Internacional de los Archivos!
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