Inventario
¡Hola amigos de la Nota de Esperanza! No quise llegar al día de Navidad sin mandarles un abrazo cibernético, así que aquí estoy.
Se preguntarán por qué no he escrito mucho este diciembre. La respuesta tiene que ver con las experiencias de vida que he tenido este año, con aprendizajes, ganancias y recordatorios. De todos los regalos buenos que Dios nos da, el tiempo es de lo que más valoro. Sin embargo, en esta vida urbana, y más en épocas decembrinas, parece que se nos va como un chorro de humo entre las manos. Pero cada uno de nosotros recibe la misma cantidad de 24 horas por día. Aprendizaje No. 1 del 2011: no puedo llevar a la práctica todas las ideas y locuras que se gestan constantemente en mi activo cerebrito; es necesario priorizar.
En ese camino de escoger lo verdaderamente importante vuelvo a recordar la relevancia de las relaciones. Quienes me conocen de cerca saben que me encanta conversar, pasarla bien con los que amo y abrazar todo lo que pueda. En una de las múltiples entrevistas que le hicieron al biógrafo de Steve Jobs, Walter Isaacson, él explicaba que Jobs tenía la idea de que sus hijos no lo habían conocido lo suficiente y quería dejar en el libro un retrato más completo de su vida. ¡Auch! ¡Qué dolor! De todos los arrepentimientos que podría tener de cara a la muerte, el no haber pasado suficiente tiempo con mis hijos se me antoja de lo más triste.
De ahí nace otra de las razones por las cuales no había nuevos comentarios en esta Nota desde octubre: Víctor y yo hemos pasado muchas horas, maravillosas horas, poniéndonos guapos para asistir a un baile de graduación, a una graduación y a dos presentaciones de Gala Navideña, solo para citar las actividades más glamorosas. Pero también han habido otras no menos importantes: disfrutar con Jonatán de “Capitán América”, escoger papeles de regalo con Lucía, hacer caminatas juntos y preparar entre todos queque de Navidad. Ganancia No. 1 de 2011: pasar tiempo con mis hijos, más que por obligación, por disfrute.
Mi ganancia No.2 tiene que ver con el ejercicio. Tal vez algunos recuerden la entrada que publiqué en febrero al respecto. Pues orgullosamente les comento que desde ese mes el ejercicio es parte regular de mi vida. No les voy a mentir, es una disciplina que me cuesta. Pero he persistido y cada vez me va mejor. Para que tengan una idea: cuando empecé no aguantaba más de 10 minutos en la máquina elíptica; hoy tolero una hora.
Así que por estas razones había estado un poco ausente del ciber espacio. Pero estoy de vacaciones, así que espero volver un par de veces más antes de regresar al trabajo, en enero.
Cada año tiene sus dificultades, y este 2011 por supuesto que ha traído las suyas. Pero en esta entrada he querido hacer inventario desde la ganancia, el aprendizaje y la gratitud. Ha sido un año pleno de vida y esto me lleva al recordatorio No. 1 del 2011: todo empieza y termina en el Señor, que me da la vida, la salud, la energía, la risa, la esperanza. Hoy, que tengo un pesebre en una parte de mi sala, recuerdo que esta es, justamente la gracia de la Navidad, para eso vino el Maestro: a darnos vida. Incluso especificó: “vida en abundancia”.
¡Feliz Navidad, amigos!, con toda la riqueza de lo que este mensaje significa.
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