Yo aprendo, vos aprendés, todos aprendemos…
¿Qué está aprendiendo usted por estos días? Ahora que las calles ya están tomadas otra vez por busetas escolares me he puesto a pensar en el tema de la educación. Estoy casada con la idea de que los seres humanos, dichosamente, estamos aprendiendo todo el tiempo. ¿Qué sería de nuestras vidas, y de nuestro país, si pensáramos que la educación solo tiene que ver con una institución o con un diploma? ¡Estaríamos fritos!
Cuando tenía 10 años mi papás, gente citadina, empezaron una aventura de finqueros. Aprendieron a usar un trapiche, a enyugar bueyes y a encender fogones. Y gracias a esos nuevos conocimientos hoy puedo presumir de todo lo bueno que me dejó esa herencia campesina. Y de mi vida personal, los que me conocen ya se saben el cuento de cuánto me costó aprender a manejar. ¡Ja, pero lo logré!
¿Y qué me dicen de la experiencia de tener pareja, o la de criar hijos? Ahí sí es cierto que hay que crecer todos los días. No hay manual, pero he ido construyendo el mío propio entre conversaciones con amigos, libros y conferencias. Y entonces una, cual científica casera, llega a conclusiones que después se traducen en actos. Por esa razón hoy siempre coloco vegetales en la mesa, negocio sin herir, le doy valor a los sentimientos de mis hijos y soy una porrista constante para que todos hagamos ejercicio.
Dicen los expertos que en estos tiempos cibernéticos y tecnológicos, el que no crece y se capacita constantemente está listo para el último vagón. No se trata de ser “cool”; se trata de sobrevivencia. Los comunicadores como yo, de casi 40, lo tenemos super claro cuando compartimos con colegas veinteañeros y vemos el tipo de cosas que logran hacer con una computadora.
Y además del tema de un buen empleo, ¿me van a decir que no se siente bien enfrentarse a un desafío y al final decir “lo logré”? Pienso en una receta de cocina que se veía difícil, aprender un nuevo deporte, cultivar una planta, decorar una habitación, aprender otro idioma, educar una mascota. Y agréguenle a la lista todo lo que quieran porque aquí no hay límites.
Y si pensamos en nuestro querido planeta, nuestra “aldea global”, la adopción de nuevos conocimientos es un imperativo. Yo aprendí a rechazar bolsas plásticas, reciclar el papel, colocar bombillas de ahorro y apagar el monitor de la computadora cuando no lo necesito. Pero aún tengo pendiente el separar recipientes para llevarlos a un sitio de acopio =(
¡Qué maravilla! Cada día es una nueva oportunidad para aprender algo nuevo, para hacer de nuestras vidas personales y de nuestro país un mundo mejor. Y a ustedes, ¿qué cosa nueva se les apetece aprender hoy?
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