Día 20. Un villancico muy tico
Este poema está interesante, medio irreverente, bueno para la discusión. Me sacó unas buenas carcajadas... y me puso a pensar. ¡Qué lo disfruten!
Villancico para esta navidad
Carlos Villalobos (Costa Rica)
A lo mejor vos no sabías nada esto, pequeño dios
/betlemita
y quizá te parezca un chisme,
pero últimamente el amor es un paquete de
/obsequios caros
y una obligación de tarjetas asomándose por las
/vitrinas.
Ultimamente un gordo de renos y trineo,
casi payaso por el traje,
en un santiamén ha puesto a los reyes magos de
/patitas en la calle.
El problema más grave,
querido Niño,
es que el Colachón no come tamales de cerdo,
solo Coca Cola y hamburguesas;
no canta "pastores venid, pastores llegad",
y de hecho nunca se le ha visto en un rosario del
/Niño,
en una posada con la mula o el buey,
y menos en traje de baño como vienen los turistas
al calor tropical de nuestras tierras.
El no dice "Merry Christmas",
a los que nacen en tristes pesebres en los barrios bajos,
y no tienen chimeneas de ladrillos
ni snowman, ni un ciprés con una estrellita arriba
o un juego de luces como esos que ponen en los circos.
Querido Niño,
no dejés, por favor, que te embarrialen más la cancha.
Decíles que esta Navidad
no vengan más a joder la vida de los que solo
/tienen sueños y nada más,
que no vengan a jodernos de rituales, ni presentes,
/ni tarjetas.
Decíles que basta un abrazo, un saludo,
una palabra de amor,
una simple invitación a tomar café.
Pedíle al gordo ese de los renos y el trineo
que guarde su mentira polar
y que nos deje cantar villancicos
en un pilón de sol y viento
en un portal de musgo,
sin árboles del norte
sin nieve, ni regalos obligados.
Fuente: Villalobos, Carlos, El primer tren que pase. 1era. edición, Editorial de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica, 2001.
Villancico para esta navidad
Carlos Villalobos (Costa Rica)
A lo mejor vos no sabías nada esto, pequeño dios
/betlemita
y quizá te parezca un chisme,
pero últimamente el amor es un paquete de
/obsequios caros
y una obligación de tarjetas asomándose por las
/vitrinas.
Ultimamente un gordo de renos y trineo,
casi payaso por el traje,
en un santiamén ha puesto a los reyes magos de
/patitas en la calle.
El problema más grave,
querido Niño,
es que el Colachón no come tamales de cerdo,
solo Coca Cola y hamburguesas;
no canta "pastores venid, pastores llegad",
y de hecho nunca se le ha visto en un rosario del
/Niño,
en una posada con la mula o el buey,
y menos en traje de baño como vienen los turistas
al calor tropical de nuestras tierras.
El no dice "Merry Christmas",
a los que nacen en tristes pesebres en los barrios bajos,
y no tienen chimeneas de ladrillos
ni snowman, ni un ciprés con una estrellita arriba
o un juego de luces como esos que ponen en los circos.
Querido Niño,
no dejés, por favor, que te embarrialen más la cancha.
Decíles que esta Navidad
no vengan más a joder la vida de los que solo
/tienen sueños y nada más,
que no vengan a jodernos de rituales, ni presentes,
/ni tarjetas.
Decíles que basta un abrazo, un saludo,
una palabra de amor,
una simple invitación a tomar café.
Pedíle al gordo ese de los renos y el trineo
que guarde su mentira polar
y que nos deje cantar villancicos
en un pilón de sol y viento
en un portal de musgo,
sin árboles del norte
sin nieve, ni regalos obligados.
Fuente: Villalobos, Carlos, El primer tren que pase. 1era. edición, Editorial de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica, 2001.
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