Día 24. El regalo de la libertad
Este poema es mi regalo de Navidad para ustedes. ¿Y qué tiene que ver todo este sentido de libertad con el nacimiento del Salvador? Creo que sólo en El podemos encontrarnos a nosotros mismos, solo en El hallamos libertad y plenitud para galopar como el caballo de la foto.
Los espero mañana, con la última entrada de la fiesta poética. De momento, les invito a subir a este tren, sin reloj, ni prisas.
El primer tren que pase (extracto)
Carlos Villalobos (Costa Rica)
(...) No vaya tan de prisa hacia el rojo pronto
de los semáforos suicidas.
(...) Vaya agazapadamente a montarse en el primer tren
/que pase,
y no pregunte, no cometa el error de preguntar,
adónde va, a qué hora llega, cuándo regresa.
Vaya con pies de plomo por la calle,
corte la primera mirada tierna que encuentre
y no permita por nada del mundo que se marchite.
Aprenda a no tomarse en serie a los tecnócratas:
no saben sumar sonrisas ni cuántos sueños per capita
tuvimos este año.
Nunca hablan de papalotes o arco iris,
ni de ilusión
de mirar la luna con un poema de amor para los
/dioses.
(...) Es mejor viajar en bicicleta para mirar la orilla de
/las orugas.
Es mejor bailar merengue hasta las tres o hasta las
/cuatro,
que trasnocharse haciendo cuentas
o simplemente cuidando las cosas que compramos.
Uno sueña castillos y marcas,
se acostumbra a correr de ningún lado a ninguna
/parte,
compra cenas que engordan
y luego va al gimnasio, toma diet y se muere.
Por eso es mejor no ponerle espuelas a la vida,
es mejor no hacerle caso a los rituales de corbata,
es mejor ser uno así como es y punto.
Sin más asombro que el cortejo del viento a las pitillas,
sin más identidad que la sonrisa diaria,
que la lluvia, que el gorrión o la poesía.
Imagen tomada de: http://www.fondospantallagratis.com
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