Entradas

El futbol como metáfora

Imagen
No soy experta en futbol; pero cuando me siento a ver un partido que me interesa, disfruto una barbaridad, con angustia y gritos incluidos. Y esta locura con una Selección de Costa Rica que ya despachó a dos campeones mundiales, me da la oportunidad de referirme a un tema que hace bastante tiempo quería comentar aquí en el blog: me emociona el futbol porque se parece a la vida. Me explico. Ignoro el detalle de las reglas y solo conozco a los jugadores más mediáticos. Sin embargo, se me eriza la piel ante los equipos que no se rinden, los que llegan al minuto 45 intentando un gol o los que se levantan contra el pronóstico, como la victoria que tuvo el Real Madrid frente al Barcelona hace algunas semanas para ganar la Copa del Rey. En esos casos siempre recuerdo que los partidos de la vida, antes que nada, se ganan en la mente. La actitud, dicho en buen tico “creérsela”, es para mí el primer paso de la victoria. Cuando anunciaron a los integrantes del grupo de Costa Rica para el M...

Tolerancia

Imagen
No es fácil escuchar. Bueno, a mí me cuesta. He tratado de aprender con los años. Sin embargo, hay algo que es todavía más difícil que prestar atención a las historias de los demás:  escuchar sin juzgar, escuchar y a la vez tratar de comprender. Muchas veces la mente se desboca sin freno. Pero su velocidad es nada a la par de la lengua. En no pocas ocasiones mis hijos empiezan alguna historia y mi mente derrapa; y mi boca, más descontrolada todavía, emite algún juicio. En esos momentos pongo el piloto de mamá en automático y la perorata inicia… pero ellos aún no han terminado. Yo en realidad no estoy escuchando y llega un punto en que me tienen que interrumpir y decirme: “Mami, ¡póngame atención!” Tal vez pensarán que se trata de una tontería sin importancia, pero la capacidad de escucha es la madre de otros hijos muy nobles: la comunicación, la comprensión y la tolerancia.  Por eso creo que vale la pena escuchar a quienes piensan distinto de mí, tratar de comprender sus...

La parte que me toca

Imagen
“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie quiere cambiarse a sí mismo”. Lo dijo el escritor León Tolstoi y me parece muy pertinente ahora que acaba de empezar un nuevo gobierno en Costa Rica. Se percibe en la gente esperanza, entusiasmo. Hay mucha expectativa sobre el nuevo presidente.  Sin embargo, les invito a mover la cámara puertas adentro. Análisis futuros de politólogos y sociólogos nos dirán la letra menuda de por qué, exactamente, don Luis Guillermo Solís, convenció a tantos costarricenses de que él era la mejor opción para gobernar el país. Y digo esto porque me parece que mucha de la gente que lo hizo presidente votó por él, específicamente, más que por el Partido Acción Ciudadana (PAC). Evidentemente hay una gran responsabilidad en sus hombros y en su equipo, y en la nueva Asamblea Legislativa. Sin embargo, no es este el tema sobre el cual quisiera llamar la atención. Les invito a que recordemos, más bien, que la Patria la construimos entre todos. No cabe duda de q...

Enfoque

Imagen
La tranquilidad propia de los días de Semana Santa me dio oportunidad de meterle cabeza a algunas cosas y una de ellas fue mi lista de propósitos de 2014. ¿Ustedes también tienen una, aunque no la haya escrito? El balance no fue del todo un éxito (en algunos asuntos tengo que enderezar el barco), pero tampoco me fue tan mal. Lo que sí estuvo claro es que reconfirmé una verdad que se ha hecho cada vez más fuerte en mí desde que cumplí 40 años: no se puede todo en esta vida, es necesario enfocarse. Tal vez sea un exceso de estructura, pero enfocarme me deja algunas ganancias que quisiera compartir con ustedes. 1.    Me ayuda a administrar mis 24 horas diarias. No me malentiendan, puedo detenerme (y lo hago) a ver el atardecer. Pero si voy a ver tele, por ejemplo, no me permito gastar minutos valiosos frente a programas chatarra. 2.    Enfocarme dirige mi mirada hacia las personas que más me importan. Esto significa escuchar a mis hijos y a mi esposo int...

Mi derecho, mi privilegio

Imagen
Hay elementos de nuestra vida cotidiana que se nos vuelven peligrosamente normales, los damos por sentado. Así, dejamos de maravillarnos ante la lluvia, sin pensar en quienes caminan kilómetros para conseguir pocos litros de agua; o se nos olvida que eso de vivir en un país que no tiene ejército es una rareza en el vecindario del planeta. Creo que lo mismo sucede con la posibilidad de votar para escoger gobernantes. Hace dos años tuve el gusto de trabajar en una exposición museográfica sobre el Bicentenario de la Constitución de Cádiz. Uno de los descubrimientos más relevantes para mí fue el enterarme de que esta constitución, por primera vez en nuestras tierras americanas, reconoció la posibilidad de que las personas fueran consideradas ciudadanas. Poco a poco se abría camino el sueño de la Ilustración de que el poder residiera en la nación y no en su majestad. Es difícil de entender para quienes hemos vivido toda la vida en una democracia. Aquí por cualquier asunto nos t...

La herencia que soy

Imagen
El fin de semana pasado me reuní con mis compañeros de colegio, la generación 88 del Liceo Unesco de Pérez Zeledón. Hace 25 años nos graduamos como bachilleres de secundaria. ¿Quién diría? Y yo que me sigo sintiendo veinteañera... pero esa es otra historia. El punto es que la fiesta de celebración me llevó a Pérez Zeledón y a Guadalupe de Rivas, el pueblito en que pasé mis años de colegio y todas las vacaciones de la época universitaria. Fue un viaje especial, simbólico. Las horas de manejada por el Cerro de la Muerte me dieron oportunidad de pensar, de reencontrarme con una época muy linda de mi vida.  La memoria es una caja misteriosa. Recorrés el camino tantas veces transitado y te   llega el conocido olor a monte; mirás a la montaña y te encontrás con relieves familiares, los mismos; abrazás a gente que no veías hace 10 años y es como si el tiempo no hubiera transcurrido.  ¿Cómo evitarlo? Tuve que hace balance de mi vida. ¿Quién soy yo 25 años despué...

Un regalo hecho de palabras

Imagen
¿Qué palabras vienen a su mente cuando escucha la expresión “Navidad”? Le doy algunos segundos para que piense. A mí, el receso decembrino me da la oportunidad de pasar algunos días en mi casa, todo un reencuentro con el silencio y con la siesta. El reloj queda desterrado a un escondido baúl que se volverá a abrir hasta enero y   el descanso le abre espacio a una pausita para la reflexión. Este es el mosaico de palabras que me alcanzan cuando escucho “Navidad”.  Veo los obsequios debajo del árbol y pienso en “contentamiento”. Este es un vocablo maravilloso, que me permite recordar que la vida y la salud son más importantes que la ropa, y el hogar más relevante que la casa. Me ayuda a disfrutar de mi pequeño jardín y a desechar la trampa de pensar que el zacate de al lado es más verde. Cuando quito al contentamiento de mi lista puedo ser presa fácil de los anuncios y hasta puedo caer en enorme tristeza por no comprar este o aquel chunche, o por no parecerme a la ...